4.1. Descripción del edificio:
San Miguel de Lillo, antaño citada como Ligno, se encuentra en la zona montañosa de Asturias
separado de Santa María del Naranco por un arroyo llamado Lillo.
Este arroyo llevaba una gran cantidad de agua que aumenta en épocas
de lluvia y que se encuentra a unos seis metros de distancia del
ábside del edificio en cuestión. Posiblemente ésta fuera una de las
causas principales por las que se derrumbó parte del edificio. Con el tiempo se cerró el emplazamiento por la zona que había sido derrumbada, por lo que
actualmente no tenemos en su totalidad la planta prerrománica, la cual constaba de una planta basilical con tres naves. Debido a este incidente, de la época del rey Ramiro solo ha quedado el cuerpo occidental, donde se abre un espacio de ingreso al vestíbulo sobre el cual se halla una tribuna regia, y el primer tramo de las naves y de la arquería del cuerpo central de la nave. Según la
información del autor Ambrosio Morales (siglo XVI) en su libro
Viaje Sacro,
el cual es uno de los primeros testimonios que tenemos del templo y de su conservación, sabemos que en su origen había
una torre con cimborrio en el crucero y una capilla mayor con
elementos de riqueza en el altar como mármoles de jaspe y pórfido,
que actualmente ya no existen. En este libro podemos encontrar la siguiente descripción:
Labró tambien el Rey D.Ramiro una Iglesia de S.Miguel, como à cien pasos desta de nuestra Señora, y tienen mucha razón nuestras Coronicas de encarecer mucho la lindeza deste Templo, porque con no ser de mas de quarenta pies de largo, y veinte de ancho, tiene toda la buena gracia que en una iglesia Metropolitana se puede poner. Mirado por defuera se viene à los ojos con mucho contento su buena proporción, y visto de dentro, alegra la buena correspondencia, Crucero, Cimborrio, Capilla mayor, Tribuna, Escaleras para ella, Campanario, y todo lo demas tiene cierta diversidad en tamaño y en forma, y en alzarse lo uno, y bajarse lo otro, ensancharse aquello, y retraerse estotro, que se goza enteramente las partes del edificio, dandose lugar las unas à las otras para que se parezca lo que son, y que lindas son. Toda la labor es lisa, y solo hay de riqueza doce marmoles, algunos de buen jaspe, y porfido con que se forma el Crucero, Altar mayor, y sus partes que todas son de fabrica Gothica, aunque tienen bien del Romano.
A lo largo de la historia se han recogido muchos escritos sobre este edificio por lo que se ha podido establecer una idea de como debía ser en su origen. Un ejemplo lo tenemos en 857 y 905 el Libro de los Testamentos (Ordoño y Alfonso III) y la Crónica de Silos donde aparece una cita que nos da información sobre el material, la ubicación y el nombre de la obra:
Sin embargo, cuando hubo descansado su ánimo de la perturbación interior, para no entorpecerse con el ocio, construyó muchos edificios, distantes dos millas de Oviedo, con piedra de arenisca y mármol en obra abovedada. Así, pues, en la ladera del monte Naranco fabricó tan hermosa iglesia, con título del arcángel San Miguel, que cuantos la ven atestiguan no haber visto jamás otra semejante en ella en hermosura, lo cual bien conviene a Miguel, victorioso arcángel que, por la voluntad divina, en todas partes dio triunfo al príncipe Ramiro sobre sus enemigos.
A través de estas informaciones, sondeos de 1908 y las excavaciones de 1916 y 1917 podemos saber hoy día la forma original de la planta. En su origén, sabemos que este edificio respondía a las tipoligías propias de las iglesias asturianas de la época, como podremos observar en el apartado de "relación con otras obras", así pues constaba de una planta basílical de tres naves con disposición del ámbito de arquerías apoyado en columnas, una cabecera tripartida orientada al este y un cuerpo de entrada que albergaba el vestíbulo, sobre el cual está la tribuna. A sus lados, como vemos en la actualidad hay escaleras que acceden a la tribuna de un modo simétrico. Era un edificio de dimensiones considerables, 15'85m de largo por 10'5 de ancho. Se trataba de un templo con tres naves de forma rectangular con tres ábsides rectangulares en bloque y la central con arquerías y columnas interiores, como en el caso de San Julián de los Prados. Cabe decir, como hemos observado en el apartado anterior, que el edificio ha experimentado un gran número de reformas entre las cuales la más destacable es la improvisada y rudimentaria cabecera que hoy día se conserva.
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Planta: En negro vemos lo conservado. |
1.-Nártex o Vestíbulo
2.-Dependencias laterales
3.-Escaleras de acceso a la tribuna
4.-Nave central
5.-Naves laterales
6.-Abside cental
7.-Absides laterales
Interior
A través de una imagen en planta podemos observar el siguiente
proceso: Entrando por la puerta encontramos ornamentación
escultórica en las jambas y seguidamente pasamos a un vestíbulo que
se encuentra flanqueado por dos cámaras donde se hayan unas
escaleras estrechas a través de las cuales accedemos a la tribuna central. Ya encontramos en iglesias anteriores una tribuna interior elevada, como en los casos de Santullano y Santa María, pero ésta es la primera que se conserva, la cual muestra semejanza con los modelos carolingios. Más arriba y con difícil acceso, encontramos una habitación superpuesta que se abre a fuera por un rosetón ramirense calado, transladado allí posteriormente. Este espacio cerrado posiblemente
sirviera para dar mayor visualidad al exterior del monumento así
como de aposento para los monjes que cuidaban de la iglesia o bien de
almacén.
De este modo podemos establecer que la entrada se divide en
tres registros con funciones diversas: en el primero aparece la
entrada, luego la tribuna y finalmente el aposento superior, todos
compuestos a través de una bóveda de cañón. Este sistema, es una solución técnica compleja y efectiva para este momento histórico. La iglesia, completamente abovedada, presenta una forma semejante al palacio vecino, como se menciona en
Crónica Albeldense (881):
En el lugar de Liño construyó una iglesia y palacios, con admirable obra de bóveda
La bóveda de cañón de la nave central se contrarresta en sentido longitudinal con las bóvedas del vestíbulo, en sentido occidental con la tribuna y sentido perpendicular con las bóvedas de las naves laterales.
Pasamos al segundo tramo donde aparece parte de lo que era la nave
central de la iglesia, con una altura superior al tramo anterior: 11 x
3'5m. Las naves laterales, en cambio, constan de 9 m de altura con una
bóveda de cañón en angulo recto a la nave central. Mientras que la
nave central consta de un eje central Oeste-Este, las laterales se colocan
perpendicularmente, es decir, de Norte a Sur. A partir de este
tramo el resto del edificio es de época moderna. Su medida global de todo el edificio es de 10 x 11 m. Debido a la diferencia de dos metros entre las naves laterales y la central Schlunk consideraba que es poco probable que los tramos de la bóveda de las naves laterales sirvieran de apoyo a la central. Además esta diferencia en alturas provoca que no haya un contrarresto efectivo.
A continuación podemos observar la disposición de elementos en
altura:
Lo primero que encontramos es un vestíbulo con bóveda de
cañón que descansa sobre una línea de imposta sosegada segmentada en varios tramos, sobre el cual se ubica la tribuna real, también con el mismo
tipo de techada abierta a la nave principal a través de un arco toral con dovelas en piedra caliza y separada por una
barandilla de hierro; este arco descansa sobre columnas adosadas con fuste estriado y capiteles de imposta de forma paralelepípeda, de similar ejecución a los distribuidos en el resto de la iglesia. El fuste estriado está rematado en sus extremos por semicírculos; su ejecución tiene forma de acanaladura que recuerda al estriado del palacio de Naranco. En la parte superior de la tribuna podemos observar que hay una cámara ciega, de uso indefinido. Ésta tribuna, de forma rectangular, tiene como entrada de luz una única ventana y se puede acceder a ella a través de unas escaleras laterales. Esta peculiar distribución es única entre las iglesias altomedievales, aunque un antecedente lo encontraríamos en la iglesia de Santianes de Pravia o en las iglesias de Alfonso II, por ejemplo la de Santa María: según Alfonso de Carvallo (Siglo XVII) el panteón de los reyes era del siguiente modo:
Tiene este sótano de ancho otro tanto como la capilla mayor, que serán veinte pies, y doce de largo. El techo es muy bajo, de madera, sin labor ninguna, y sirve de suelo a un aposento que está encima, como Tribuna, o Coro de la Iglesia.
También hay que tener en cuenta que las tribunas son un exponente clave en los edificios eclesiales, por lo que también encontraremos ejemplos en otros edificios de la época como Santa Cristina de Lena o San Salvador de Valdediós.
Saliendo de la tribuna encontramos un arco de medio punto soportado por pilares, los cuales están coronados por impostas cuadradas. A partir de este arco accedemos a las nombradas escaleras que nos conducen a las dependencias laterales.
Seguidamente pasamos a un espacio dividido en tres naves separadas a partir de
gruesas columnas cilíndricas con capiteles de forma troncocónica, de filiación bizantina, y basas decoradas con diversos relieves geométricos de tradición visigoda. Cabe decir que el hecho de utilizar columnas en lugar de pilares asturianos es algo novedoso en la arquitectura prerománica asturiana, aspecto que se repetirá en los edificios posteriores. Es importante destacar también la altura de las columnas, pues estas son de 3'60 m, teniendo en cuenta que la altura del edificio es de 11 m las columnas suponen una tercera parte de la altura del edificio, por lo que estamos hablando de un tamaño muy considerable. Sus fustes, de unos 60 cm de diámetro, están ensamblados en varias piezas, haciendo recordar a la forma de un monolito. Las columnas entregas, que se encuentran adosadas en las naves laterales, conservan capiteles imposta con enmarque de cordón sogueado, al igual que vemos en los contrafuertes exteriores. Las basas, de piedra de arenisca, están formadas en una sola pieza conservando una forma prismática con esquinas redondeadas. Seguidamente, vemos como de estas columnas convergen hasta una serie de arcos perpiaños con roscas sogueadas que soportan
el peso del muro reforzados por los contrafuertes exteriores.
En cuanto a el techo, encontramos una bóveda de cañón reforzada por arcos fajones. Pero además de su gran altura y el uso del abovedamiento total en una época en la que solía predominar la madera, destaca su distribución excepcional: el edificio se presenta con una nave central más elevada que el porche, en las que había cuatro tramos de bóveda sobre fajones. En cuanto a las naves laterales, podemos encontrar una serie de bóvedas de cañón independientes en cada uno de los tramos, dispuestas perpendicularmente a la nave central y paralelamente entre sí. Cabe decir que en estás bóvedas se aprecia que las laterales son más altas que la central. Este sistema novedoso, más que deberse a algo estético es utilizado para colocar naves laterales perpendiculares como contrafuertes de la nave alta central y así abrir ventanas sin peligro de desplomarse. Esta variada articulación de espacios crea en el exterior un bello y movido juego de volúmenes.
Exterior
A primera vista, exteriormente observamos una construcción de forma casi rectangular con una organización ciertamente compleja; esto se debe a la variedad en alturas y a los diversos contrafuertes que crean entrantes y salientes.
La fachada principal es vista por Schlunk como la primera fachada española que hoy día se conserva con una estructura correcta y ricamente organizada, además se trata de la fachada monumental que encontramos en España. Estas ornamentaciones de las que habla son seguramente las ventanas y rosetones que embellecen el exterior del edificio que anteceden, en cierto modo, las filigranas del gótico.
A continuación, la podemos dividir
en diferentes partes: en la parte inferior observamos una portalada
de arco de ladrillo de medio punto y jambas decoradas con relieves, encima de la cual hay un vano cegado colocado sobre un dovelaje de ladrillo con signos de reformas posteriores. Encima de ésta se halla una celosía, de factura contemporánea, compuesta por cinco columnas con arcos de alfíz y en la parte superior calado. Además, en la parte de la
imposta hay dos pequeñas oberturas. Podemos observar una serie de ventanas tapadas con un cristal, seguramente para evitar la entrada de agua al interior del recinto y así prevenir humedades. En cuanto a las medidas, sabemos que la imafronte tiene una altura de 9m hasta la divisoria de aguas de la techumbre.
La fachada presenta también una serie de entrantes y salientes, los cuales se repiten en el resto de lados. La fachada correspondiente al nártex está más salida que la de las dependencias laterales y naves secundarias, además en estas encontramos contrafuertes estriados, cuya función de contrarresto no se corrresponde con las columnas adosadas del interior, y ventanas con arquillos y rosetón, los cuales presentan un programa sólo comparable con la de los edificios carolingios desaparecidos o con el románico posterior.
En cuanto a las fachadas septentrional y meridional solo se puede observar el primer tramo externo de la construcción original, debido a su ya nombrado derribo. Vemos tres contrafuertes que actúan con la función de estribo como contrarresto de la articulación interior que se explicará a posteriori. El sector oriental muestra una ruptura con lo anterior, observamos que se abre una cabecera tosca y se perciben arquerías apoyadas en semicolumas,con dovelaje de ladrillo, cegadas.
Todo el edificio esta compuesto por cubiertas a doble agua, cuya cubrición estaba formada por
tegulae de tradición romana (es decir, tejas planas con rebordes resaltados) e
ímbrices (cobrejuntas de sección semicircular). En el techado encontramos la siguiente disposición: El espacio central que corresponde con la entrada es una cubierta a
doble agua y las laterales a una sola vertiente. A continuación
aparece el espacio que se corresponde con la nave central y que
también se forma a partir de una cubierta a doble agua con un
rosetón en la parte central; en los laterales observamos la misma
cubierta pero dispuesta perpendicularmente a ésta. Seguidamente
llegamos a la parte moderna que se forma a partir de un tamaño menor
que el resto del edificio y con una vertiente también a doble agua.
Se trata de un edificio de unos once metros de altura cuyas cargas interiores son soportadas por columnas que, a través de los arcos y las bóvedas de cañón, transportan el peso a los muros exteriores. La carga que recae en estos muros es trasladado a los tres contrafuertes exteriores de 3'5m de altura a cada lado del edificio, los cuales constan de una fina basa, un fuste estriado de estilo ramirense y un pequeño capitel en forma de media pirámide con un motivo decorativo.
En cuanto a los materiales, en el exterior encontramos paredes de mampostería echas de piedra
con tamaños discontinuos. Los paramentos del exterior no conservan pulcritud en su mampostería y se utilizó una desigual utilización del sillarejo mal tallado, el cual estaba combinado con mampuesto de la época y piezas del propio edificio que se utilizaron en la construcción de muros y contrafuertes. Cabe decir, que la mampostería de los
contrafuertes es más grande que la del resto del edificio. El tipo de piedra utilizado es la toba debido a que, al tratarse de un edificio de dimensiones elevadas con muros de gran tamaño, era necesario un material ligero. Para el ábside actual se utilizaron parte de los materiales ya arruinados.
En cuanto a las entradas de luz, a parte de las ventanas de tipología
ya comentada encontramos ventanas abocinadas, cosa que limita la luz del interior. Cabe decir que, de las múltiples celosías que tenía la iglesia en su origen, actualmente solo se conservan tres, además de un rosetón calado. La influencia de estas celosías las podemos encontrar en el programa pictórico de Santullano y, según Schlunk, en una celosía de San Eliseo del siglo VI. Además, Sabine Noack-Haley ha querido buscar sus antecedentes de principios del siglo V en África septentrional.
Como se ha podido observar después de haber hablado de las alturas de
los espacios interiores y exteriores nos encontramos frente a un
edificio que guarda sinceridad exterior-interior, pues ya
desde fuera podemos adivinar el tamaño de las naves interiores y sus
espacios. Finalmente, es importante decir que encontramos en este edificio con una rica decoración establecida a través de ventanas y rosetones en el exterior y relieves y pinturas en el interior.
4.2. Situación
del edificio:
Aun siendo Patrimonio Mundial de la Humanidad según la UNESCO no ha
sido tratado y conservado según su estatus por lo que encontramos
grandes imperfecciones tanto a nivel exterior como interior. En el
exterior hay un gran número de musgo y plantas que nos dan a
entender la gran humedad que esta soportando el muro del edificio,
además encontramos algunas raíces de plantas que pueden suponer un
riesgo importante en las piezas del edificio. A nivel interior como ya hemos comentado algunas ventanas se encontraban tapadas, pero también observamos un número importante de oberturas que carecen de este
tipo de protección, lo que provoca que en época de lluvias el agua
entre en el interior del edificio.
4.3. Apéndice fotográfico*
*Para acceder a los enlaces de donde han sido extraídas las imágenes es necesario descargarse el archivo. Estos enlaces se abrirán al pinchar sobre el nombre de la diapositiva.
Bibliografía:
- ARIAS, L., Prerrrománico asturiano: El arte de la Monarquía Asturiana. Ed. Trea S.L, 1993. España. p. 163-184
- PIJOÁN, J., Arte bárbaro y prerrománico desde el siglo IV hasta el año 1000. Colección Summa Artis, historia general del arte, vol. III. Ed. Espasa-Calpe, 1966, Madrid.
- GONZÁLEZ, M; SIERRA, M; ARBAIZA, S., Análisis constructivo de la iglesia de San Miguel de Lillo (Asturias) basado en el proyecto de restauración por Javier Aguirre en 1886. 2000. España. p. 425-430 [En línea: http://www.sedhc.es/biblioteca/actas/CNHC3_048.pdf]
- VVAA , Asturias. Colección Tierras de España. Ed. Noguer S.A, 1978, España .p. 173-179