7.1. Construcción de San Miguel de Lillo:
San Miguel de Lillo se construyo entre 840 y 850 durante la época de
Ramiro I. Mientras se construía, hubo un cambio respeto al proyecto original
para incluir la tribuna, lo que lo obligó a cambiar el plan constructivo y a la
reutilización de algunos elementos. En
algún momento se derrumbó parte del edificio y se tuvo que construir una
cabecera para cerrarla, quedando la iglesia de menor tamaño.
La iglesia se debió empezar durante el reinado de Ramiro I, aunque hay
estudiosos que la sitúan unas décadas antes, concretamente durante el reinado de Alfonso II.
Pero la teoría más aceptada es que se inició la construcción en la época de
Ramiro I, como confirman algunas antiguas crónicas.
Por el 840 aproximadamente, se empezó la fase inicial. Se construyeron los muros, enlazándose con los
contrafuertes. Los muros se hicieron con mampostería de lajas de caliza blanca,
dorada y ferruginosa, construyéndose por bancadas sucesivas. Para arcos
constructivos se utilizó ladrillo y para los elementos decorativos, la
arenisca, principalmente. El suelo se hizo con la técnica del opus signinum.
En ese momento se construyeron dos tipos de ventanas: las troneras y las
ventanas de celosías. Las troneras se ubican en la parte baja de la nave
transversal, en los tramos del ante-escalera y en las cámaras de la tribuna. Las
ventanas de celosías son de medio punto con un marco rectangular donde se
encaja la celosía. Se sitúan una en cada tramo lateral de la fachada principal
y en las fachadas laterales.
A esa fase inicial le pertenecen las cuatro basas que ahora se encuentran en
las semicolumnas de los extremos de los muros de carga aunque no era su
posición original; además de las impostas. Se cree que las basas estaban
preparadas para ser empotradas a paramentos seguidos o para las esquinas del
interior.
Cuando aún no se había acabado la construcción, hubo un cambio de proyecto
para insertar la tribuna. Ello provocó la reutilización de elementos preparados
para el proyecto anterior en sitios dónde no les pertenecía y la creación de
otros, generalmente de caliza. A continuación, se expondrán los cambios más
relevantes:
Se tuvo que añadir semicolumnas a los muros que levantan la tribuna. El
fuste de esas pudieron haber pertenecido a columnas exentas que aún no se
habían colocado, modificadas para su nueva función. Sobre el fuste, se pusieron
capiteles también reutilizados. Las basas de esas semicolumnas son las
mencionadas anteriormente.
Los fustes de las semicolumnas de la ante-escalera también pertenecían al
proyecto originario, pero las impostas son de nueva creación. Para la inclusión
de las impostas, se tuvieron que modificar las ventanas, de manera que quedaron
recortadas y sin el marco. Las semicolumnas sujetan los arcos de ingreso a la
ante-escalera, de los cuales el arco sud es reutilizada. El arco norte no sé
sabe con exactitud.
En cuanto a las aberturas que comunican la tribuna con las naves laterales, se han hecho
con piezas del proyecto original que no estaban preparadas para este lugar.
Pero sus arcos no se sabe si pertenecen al proyecto primitivo o si son de nueva
creación. Durante esa reforma se incluyeron las jambas con el motivo del circo, tema
tratado anteriormente en el apartado de las artes decorativas. Las piezas hechas para el nuevo proyecto son algunos arcos, como el de la
embocadura oriental del coro alto o los de entrada a las escaleras del
coro. También se construyó la ventana de
la cámara ciega occidental.
En algún momento se derrumbo parte del edificio. Según algunos autores
(Schlunk, Pita, Caballero Zoreda, Cid, Arias) se habría arruinado poco después
de su construcción, en el s.IX o XI, según otros en el s.XIII (Manzanares) o en
el s.XVI (Selgas). También contamos con el documento de Ambrosio de Morales,
del s.XVI, que describe a San Miguel de Lillo como una iglesia completa. Por
otra parte, a partir de análisis con el C14, García de Castro propone la fecha
de erección de la cabecera por los siglos XI y XII. Por lo tanto, la fecha del
derrumbe es incierta.
Después de su ruina, se tuvo que acondicionar el templo construyéndole una
cabecera. Se construyó un ábside parecido al actual y habitaciones laterales. Las
habitaciones adosadas se situaban al lado sud del ábside y al oeste del templo.
También se colocó un cancel que cerraba el último tramo de la nave central original.
Se construyó un campanario y un coro alto. También se abrieron las ventanas
altas en las naves laterales y se hicieron leves reformas en las puertas de las
cámaras de la tribuna, referentes a los cierres. Además, se colocó un
cielorraso.
En el s.XIX empezaron los estudios sobre el templo. También en ese momento
se inició la principal restauración moderna, bajo la dirección de Andrés
Coello. Se empezó con la demolición de las habitaciones adosadas y del
campanario. Cerraron la puerta sud del ábside. También hubo un desmonte y
remonte de la esquina norte de la iglesia, de las partes altas del tramo
septentrional de la fachada occidental y del tramo occidental de la fachada
norte y los contrafuertes de la fachada norte. Se restauraron los remates de
todos los contrafuertes. Se levantaron los enfoscados del pórtico y de parte de
la tribuna para comprobar los materiales y si había cámaras laterales en el
pórtico.
Posteriormente se han ido haciendo algunas restauraciones de menor
importancia, las cuales citaremos a continuación:
- La nueva pavimentación de la tribuna (de cal) y de la iglesia (con losas de mármol).
- La construcción del actual altar.
- La restauración de las ventanas.
- El translado de la pila de agua bendita, del suelo sobre las losas de mármol al tramo sur de la nave transversal.
- La apertura de un hueco en el muro sur del pórtico y en los tramos de ante-escalera.
- Las remociones de las escaleras y la excavación de sus suelos.
7.2. Reconstrucciones teóricas:
Las
propuestas reconstructivas empezaron a medianos del s.XIX. Pero todas concluyen
en que lo conservado actualmente componía la tribuna occidental, excepto González
García, que lo considera la cabecera de la iglesia.
En 1900, Lampérez propone
una planta prácticamente cuadrada con tres naves configuradas por dos arcos,
cabecera tripartita con el ábside central avanzado y arquerías murales. La reconstrucción de
Selgas, en 1908, no difiere mucho de la anterior, excepto por la cabecera: sólo
habría un único ábside.
Un año más tarde, Haupt sigue
con la planta de tres naves, pero añadiéndole un nuevo intecolumnio. Quedaría
una nave central dividida por dos arquerías de tres arcos, con bóveda continua sostenida
por arcos fajones. Las bóvedas de las
naves laterales se situarían de manera perpendicular a la cubierta de la nave
central, diferenciadas en altura. La cabecera sería recta, con un ábside
central con arquerías interiores.
En 1917, Llano llevó a cabo unas excavaciones en el monumento. A partir de ella, al principio sugiere la planta descrita por Haupt. Luego propone otra con cuatro intercolumnios, una cabecera recta con el ábside central con arquerías ciegas dobles y un contrafuerte en el muro norte, además de una bóveda sin arcos fajones. Después de las excavaciones de Llano, Lampérez expone dos propuestas más: un aula de cuatro arcos y otra de seis.
En la década de los 40,
Schlunk propone una planta rectangular con tres capillas acabadas en un muro
continuo. La planta mediría 10,05 por
15,85 metros y se dividiría en cuatro tramos.
En 1974, González García
da un giro a las reconstrucciones hechas hasta el momento. El tramo oeste, el
conservado actualmente, lo atribuye a la cabecera del edificio. De esta parte,
no considera la tribuna como un elemento original. Al igual que Llanó, cree las
arquerías son de cuatro arcos y la bóveda prescinde de los arcos fajones.
En 1993, Arias sugiere una
planta con tres naves y cinco intercolumnios, con cabecera recta tripartita. La
nave central tendría cuatro arcos fajones y el ábside central tendría un ligero
sobresaliente y arquerías ciegas en los paramientos interiores.
Noak y Arbeiter, al año
siguiente, proponen una iglesia con
cuatro o cinco intercolumnios en el aula y con el ábside central construido
con muros más sencillos que la reconstrucción anterior. García de Castro, en
1995, defiende su teoría, pero explica las irregularidades del interior del
edificio con un cambio de proyecto, causado por el derrumbe y añadiéndole la
tribuna en las segundas obras.
A pesar de que la teoría de Arias sea la más aceptada, todavía no hay una tipología exacta de como era originariamente el monumento. Solo se sabe que constaba de tres naves y de cabecera rectangular. El resto son especulaciones.
Bibliografía
A pesar de que la teoría de Arias sea la más aceptada, todavía no hay una tipología exacta de como era originariamente el monumento. Solo se sabe que constaba de tres naves y de cabecera rectangular. El resto son especulaciones.
Bibliografía
- CABALLERO ZOREDA, L., "Observaciones arqueológicas sobre producción arquitéctonica y decorativa de las iglesias de S. Miguel de Lillo y Santianes de Pravia", CSIC, 2012. [En linea:http://www.congresos.cchs.csic.es/visigodos_omeyas_asturias/sites/congresos.cchs.csic.es.visigodos_omeyas_asturias/files/Caballero.pdf]
- CABALLERO ZOREDA, L., UTRERO AGUDO, M., ARCE, F., MURILLO FRAGERO, J.I., "La iglesia de San Miguel de Lillo (Asturias). Lectura de paramentos. 2006", Territorio, sociedad y poder, núm.1, 2008. p. 12-36.
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